No han pasado tres días desde el lanzamiento y ya toda la blogsfera, al igual que los foros, están repletos de comentarios negativos cuando ni siquiera hubo tiempo suficiente para probarlo a fondo. Es prematuro opinar tan radicalmente sobre si sirve o no sirve para el mercado profesional del modo en que muchos lo están haciendo.

El Final Cut Pro X está, no sólo escrito desde cero, sin también pensado desde cero. Ambas cosas tienen implicancias técnicas muy beneficiosas y que se están dejando de lado al momento de hacer tan duras críticas.

 

No me sirve para trabajar, pero eso no es un problema

Es verdad. Me gasté 299 dólares en un software que al fin de cuentas no me sirve para trabajar, está incompleto y hasta tiene algunos problemas menores, sin embargo estoy contento.
Si alguien pensaba que iba a comprar el progama el día que lo lanzaran, siendo una versión 1.0 y lo iba a usar para trabajar directamente es porque no tenía ni la menor idea de lo que estaba pensando o porque es un irresponsable que no tiene reparos en experimentar con el encargo de sus clientes. Cualquier programa escrito de cero inevitablemente va a tener problemas potenciales que se resuelven luego de algunas actualizaciones.
Ya puse en un post anterior que no pensaba usarlo para trabajar hasta tanto estuviera todo suficientemente aceitado y aceptado por mis clientes. Dije que lo compraba para poder aprenderlo bien. Eso voy a hacer.
iMovie con esteroides
Sigo sin ver cuál es el problema de que el Final Cut Pro X sea un iMovie con esteroides si la cantidad de esteroides lo vuelve profesional. El iMovie es un software de edición muy básico y muy poderoso a la vez. Muchas cosas del iMovie le faltaban al Final Cut Pro 7 y ahora están en el X.
Cuando entrevistaron a Steve Jobs acerca del iPad contó que en realidad todo había comenzado al revés de como la gente lo imaginaba. Originalmente estaban diseñando un tablet, pero cuando quisieron darse cuenta, era una buena base para un teléfono. Se embalaron tanto con el diseño del primer iPhone que pusieron todas las energías ahí en lugar de continuar con el iPad que fue lanzado recién años más tarde.
Apostaría a que con el iMovie pasó algo similar. Usaron el iMovie como una forma de explorar la nueva interfáz, la lógica de organización y edición que pensaron para el Final Cut Pro X y mientras tanto podían ir ajustando todo hasta llegar a un punto en que todo funcionara bien.
A quienes llaman al FCPX iMovie Pro les diría que erran el punto. En todo caso el iMovie es un Final Cut Pro X Light. Súper Light. Si hicieramos un listado de las cosas que le faltan al iMovie para llegar a ser el FCPX nos daríamos cuenta de que lo único que no le faltaría sería tener Events, Project, Titles, Transitions y alguna pavada más. El 99% de lo que tiene el Final Cut Pro X no está disponible en el iMovie y aún esas cosas que están tienen muchísimas limitaciones en comparación.
Performance
Vuela. Podría hacer que ese fuera el punto final de este ítem sin temor a equivocarme. En una iMac i3 con 4GB de RAM, una desktop bastante más modesta que la más económica de la línea actual de Apple, vuela. Usando h264, un codec que es todo menos lo ideal para editar, en 720p aplica transiciones complejas en tiempo real y sin degradar en lo más mínimo la calidad, aún haciendo algun proceso en segundo plano. Sabiendo que aprovecha cada núcleo que tengamos disponible y cada bit de ram que tengamos, no quiero pensar cómo va a correr con una Mac Pro como la que está por salir al mercado.
Nada de eso es casual. No es rápido porque si. Apple invirtió mucho tiempo y dinero en diseñar y desarrollar el Final Cut Pro X con cada uno de los últimos avances en programación y administración de recursos. Aprovecha a fondo las APIs del Snow Leopard y del Lion, por lo que debería funcionar aún mejor luego de que actualicemos el sistema al 10.7 en el que los procesos de video se realizan al más bajo nivel del sistema operativo.
Nuevo lenguaje, nuevos plugins
Con el Final Cut Pro X, Apple lanzó el nuevo FxPlug 2.0 SDK.
Con el FxPlug 2.0 se icorporan muchas nuevas API para los programadores, pero el mayor cambio es que los nuevos plugins van a correr directamente en el Motion o como parte de un Motion Effect corriendo dentro del Final Cut Pro.
Como era de esperar, corre a 64 bits, por lo que los plugins van a poder sacar provecho de los núcleos disponibles y de la ram e inclusive de tecnologías como OpenGL, OpenCL, Quartz, Quartz Composer y Core Image. Los plugins que se pueden escribir son: Video filters, Generators y Transitions.
Una novedad que va a ser bienvenida es que se pueden hacer ventanas customizadas. Es decir, se puede diseñar por completo la interfaz del plugin en lugar de limitarse a usar los controles que ya trae el Final Cut Pro.
Tan revolucionario como la primera versión
En el año 1999 el Avid más económico era cualquier cosa menos eso, salía un dineral. Varias decenas de miles de dólares. Premiere era prácticamente un juguete que necesitaba una placa de mil dólares para poder editar un video con calidad súper-VHS. Había otras opciones como el Media 100, que no eran ni tan buenas, ni tan baratas.
En una época en que el firewire era casi inexistente Apple osó lanzar un sistema de edición no lineal que estaba optimizado para la edición casi exclusivamente en DV por unos 1.000 dólares. Recuerdo las críticas de todos los profesionales con quienes trabajaba cuando les comentaba acerca del Final Cut Pro y del DV como formato. Si les hubieran dado la posibilidad de apostar 100 pesos a cambio de recibir 10 por cada copia que se comenzara a utilizar en el mercado profesional no hubiera aceptado ninguno, pero hoy hubieran hecho una fortuna. Desde entonces hasta hoy el DV junto con el Final Cut Pro y el AVID son el camino casi estándar para la edición offline. El mismo mercado que critica el enfoque tapeless que tiene el FCPX.
¿Cuánto costaría hoy el Avid, en cualquiera de sus versiones si no hubiera existido el Final Cut Pro? ¿Hubiera Avid agregado herramientas de corrección de color y keying avanzados a las versiones más modestas de no tener a Apple pisándole los talones? No lo creo.
Hoy Apple pretender ser tan revolucionario como entonces y para eso decidió concentrar las fuerzas en lo que entiende que viene en el futuro más bien cercano. Las cintas están dejando de existir, es cuestión de tiempo. Es más, hasta hace poco hablaban de una crisis en la provisión internacional de cintas broadcast a corto plazo. Algunas cadenas decidieron revisar sus planes para la migración a un entorno tapeless por este mismo problema.
El Final Cut Pro 7 hoy funciona y va a seguir funcionando durante un par de años. Mientras tanto el Final Cut Pro X podrá madurar, mejorar y completarse mientras paralelamente el mercado continúa su cada vez más acelerado proceso hacia el mundo tapeless. No olvidemos que los costos de las memorias ya se acercan cada vez más a los costos de los tapes y este proceso se está acelerando cada vez más.
Si hay un punto en el que Apple es realmente inigualable es en su capacidad para ver hacia adónde va la tecnología en el futuro. Seguramente dejar de soportar las cintas fue debatido largamente puertas adentro y hasta puede que agreguen esa opción en un futuro no muy lejano, pero basta con mirar un poco lo que está sucediendo en el mercado profesional para ver que tan desacertado no es. El tiempo dirá, pero creo que tal como anunciaron, el Final Cut Pro X es tan revolucionario como la primera versión.