Con el anuncio de Final Cut Pro X surgieron muchas dudas acerca de si habrá o no una continuación de las otras aplicaciones que formaban la suite Final Cut Studio. Si bien durante el sneak peak no se ha hablado del tema, no me cuesta imaginar que Apple pueda discontinuar el Color en favor de la herramienta de correción de color que ha integrado en el FCPX.

Blackmagic Design compró hace un buen tiempo ya DaVinci y puso a la venta la versiónsoftware-only por mil dólares, una cifra más que razonable si uno tiene en cuenta que antes era un software reservado para las grandes suites de corrección con equipamiento de elevadísimos costos.

El DaVinci es un software de corrección de color orientado a un mercado en el que esta tarea la realizan expertos en el tema, y no a editores o artistas de online que, además de editar, pueden darle un look a una toma. Un proyecto va a una suite de DaVinci porque necesita no sólo de una corrección de color, sino de la mirada de alguien que puede aportar creativamente desde el color con conocimiento, experiencia y solidez en el tema.

Hoy el DaVinci es un software con un precio accesible y con una arquitectura completamente escalable. A partir de Julio, Blackmagic saca una versión gratuita limitada a un solo GPU y calidad máxima HD. ¿Vale la pena competir? Tal vez no.

Apple compró el Final Touch, lo adaptó y lo anexó al Final Cut Studio bajo el nombre Color como una solución para tener una buena herramienta de corrección de color de muy buen nivel sin tener que desarrollarla desde cero, pero nunca se terminó de integrar por completo al FCP.

Cuando termino un proyecto, como por ejemplo un comercial, el material editado va a pasar por las manos de un colorista, probablemente en un DaVinci o en un Scratch. El proceso implica sacar secuencia de cuadros en DPX, transferir o escanear el material fílmico mediante EDL o cualquier método que haga falta, pero siempre fuera del FCP. Esto es algo razonable dentro de un proceso donde se involucran distintos profesionales. Pero cuando soy yo quien va a hacer la corrección de color, los requisitos son otros.

Como editor, quiero poder hacer todo lo que necesite sin tener que exportar, mandar a otro programa y después volver al programa de edición con un material rendereado en otro lado. Usar el Color implica tener que tener en un track separado la versión de mi armado con corrección de color y que si me piden un cambio tenga que volver a llevar al Color el armado original con sus modificaciones y arreglármelas casi como si no hubiera hecho previamente todo el trabajo. Desde ya que hay posibilidades de simplificar esto, pero siempre se trata de un ida y vuelta entre el FCP y el Color. Por más «send to color» que utilice, no deja de tratarse de dos aplicaciones independientes una de otra.

Por lo poco que han mostrado en el sneak peak, el FCPX posee importantes herramientas de corrección primaria y secundaria que incluyen máscaras tanto bezier como por selección de color y luminancia integradas. La ventaja es obvia: uno puede hacer y deshacer ajustes de color durante la edición en forma no destructiva ya que siempre se puede volver a la herramienta y modificar los parámetros sin necesidad de salir del FCPX.

Claro que el Final Cut Pro ya tiene herramientas de corrección de color integradas, pero son sumamente básicas y han quedado obsoletas, aún cuando durante un buen tiempo superaron a las que tenía el Media Composer de Avid.

Las capturas de pantalla que circulan la web alcanzan para ver que el FCPX tiene capacidades de corrección de color heredadas del Apple Color como la posibilidad de aplicar estilos de una galería que trae el programa así como guardar los estilos personalizados:

 
Respecto de la herramienta en sí, se ha rediseñado el modelo de representación de los bajos, medios y altos tonos de un modo que parece ser aún más claro, pero por lo que dijeron en la presentación, sigue estando disponible el modo tradicional.
 

Otra característica no menor ya anunciada es que el material se analiza en background durante la ingesta para prepararlo para una posterior corrección de color automática. Acá hay que aclarar que esto no implica que dicha corrección se aplica por defecto, porque no se trata de eso. Una vez hecho el análisis de la toma, podemos pedirle al FCPX que imite el color de otra toma automáticamente. Luego podremos seguir ajustando el color nosotros mismos, pero partiendo de los ajustes que hizo el programa por nosotros o bien partir desde cero, claro.

Es importante comprender previamente que para aplicar correctamente un estilo de color y que se mantenga coherente a lo largo de una secuencia, primero debe realizarse la corrección primaria que consiste en igualar todas las tomas llevadas a un punto neutro. A partir de ahí, se aplica el estilo de color que se desee y se hacen ajustes subjetivos a cada toma. Cuando el FCPX analiza el material en la ingesta, lo que busca es recabar toda la información que pueda de la toma, que son perfectamente medibles y cuantificables como la saturación del color, la luminosidad y el contraste en las sombras, tonos medios y claros y analizar las curvas y niveles. De este modo, podrá hacer por nosotros este proceso y comparar los resultados del análisis de dos tomas para poder aplicar los ajustes necesarios para igualar una con otra.

Estará luego en nuestra experiencia y en nuestro ojo creativo darnos cuenta de si la corrección que aplicó el FCP es suficiente o si hay que realizar algunos ajustes, pero seguramente el resultado va a ser mucho mejor que cuando no se aplica ningún tipo de corrección de color por falta de tiempo o cuando quien edita no tiene suficiente experiencia y conocimientos para hacerlo manualmente. Después de todo, en muchos casos, el editor no hace la corrección de color sino para hacer más aceptable a los ojos las tomas durante el proceso de edición offline hasta tanto pasen por las manos de un experto, en una etapa posterior de postproducción.